Una de las mejores cosas que puedo decir del largometraje de "Tom y Jerry", que ahora se transmite por HBO Max, es que no es del todo terrible. La animación es brillante, el elenco humano ofrece interpretaciones divertidas y tontas, y la película se mantiene fiel a las raíces del dibujo animado original. No es muy divertida ni creativa, pero la divertida historia de una boda de famosos que se va al traste y un estirado hotel de Nueva York que emplea a un gato para librarse de un problema de ratones sienta las bases para un poco de caos divertido.
Los efectos, que combinan la animación clásica con la acción real, son mejores de lo esperado. Los actores (entre los que se encuentran Chloë Grace Moretz, Michael Peña, Pallavi Sharda y Colin Jost) hacen un gran trabajo interactuando con sus homólogos el gato y el ratón, y los elementos de dibujos animados recuerdan a los clásicos Tom y Jerry del pasado. La historia revive la rivalidad entre ambos, pero actualizada para el público moderno.
La comedia física y los gags visuales son buenos para la mayoría de las risas, pero ahí se acaba el humor. También hay un montón de humor innecesario y algunos puntos de la trama cuestionables (la película hace poco para elevarse por encima de ciertos estereotipos) que pueden ser dignos de vergüenza para algunos adultos.
"Tom y Jerry" no es digna de mención en absoluto, pero tampoco es horrible. Hay suficiente para entretener a la mayoría de los niños durante un par de horas.
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